martes, 17 de marzo de 2009

Historia con valor moral

Juan era un chico sencillo, alegre, tranquilo, no se solía meter en líos. Le gustaban las carreras de coches y la música, tocaba la batería en un grupito que tenía organizado con sus amigos, eso le llenaba muchísimo. Cuando uno de sus compañeros de grupo le presentó a María, no se imaginaba lo lejos que iba a llegar con esa chica, ni siquiera suponía que le caería bien. Pero aún así, poco a poco fueron cogiendo confianza, poco a poco se hicieron más amigos, poco a poco se contaban cada vez sus problemas y hasta sus secretos, y poco a poco esta amistad se convirtió en algo más.

Empezaron a salir juntos. Todo era perfecto para ambos, hasta perfecto para los amigos de los dos, llevaban una relación perfecta y a su vez, seguían estando con sus amigos, sin dejarlos de lado por su pareja. Pero dejó de ser perfecto en unos meses. El detonante fue Juan; le habían invitado a una fiesta a la que María no iba a ir. Bebió poco, pero aún así se puso más contento de lo normal. Llevaba un buen rato hablando con una chica que le pareció muy agradable y que era bastante guapa. En un momento ella reunió ganas y se lanzó para besarle, y él no pudo resistir, durante esos minutos estaba deseoso de ello, aunque probablemente millones de minutos antes y después no hubiera pensado lo mismo.

Al día siguiente recordó lo que hizo y reflexionó sobre el asunto. Él quería a María, no entendía cómo había sido tan tonto de hacer algo así, no tenía ninguna gana de volver a ver si quiera a esa chica. Eso se solucionó rápido, ya que ella se encontraba en una situación parecida.

El mayor problema surgió cuando pensó en María. ¿Qué debía hacer? ¿Ser honesto y contarle lo que había hecho? ¿O callarse y seguir felices?

Pensó y pensó durante mucho tiempo y sacó muchísimas conclusiones, pero le bastó una de bastante importancia para decidirse. Juan sabía que no lo iba a volver a hacer, del error se aprende, decidió no contarle nada simplemente porque aunque aliviara su conciencia al decírselo, lo único que iba a hacer es perderla a ella que es lo que más quería, así que traicionó sus principios porque consideraba a ella más importante que su conciencia.

He aquí el valor moral, la mentira piadosa. Juan decidió mentir, lo cual ya es un valor moral que está considerado por casi todo el mundo como poco ético o inmoral. Pero al ser una mentira hecha por el bien de la relación, sabiendo que si lo hacía todo iría mucho mejor y ahorraría mucho sufrimiento a ambos, es una mentira piadosa, otro valor moral algo más distinto ya que hay más gente que lo considera como algo bueno y no tantísima que lo considera como algo tan malo.

sábado, 14 de marzo de 2009

Día de la tortilla

Cada 9 de marzo se celebra el Día de la Tortilla en la ciudad de Fuenlabrada, en la cual yo resido y vivo. Lo típico por parte de todos los fuenlabreños es comer tortilla en el campo durante el día, y lo típico de la mayoría de los jóvenes es faltar a clase aun siendo día lectivo e ir a divertirse con los amigos al campo.
Ahora yo debo dar mi opinión al respecto, aunque creo que no soy la persona mas objetiva para juzgar este acto, ya que yo mismo hago estos hechos que hacemos los adolescentes este día. Así que por supuesto que me parece bien lo que hacemos, ya que sólo es un día al año, el cual aprovechamos la festividad de Santa Juana y nos dirigimos al campo a pasar un buen día.
Cierto es que faltamos a clase, pero si comparo un sólo día en el que se pierde una clase, comparado con un buen día de pasarlo bien con los amigos, no tiene tanta importancia el hacer pellas. Los profesores dan clases a sus alumnos durante más de 150 días al año, ¿tan grave es que perdamos un sólo día de enseñanza y ganemos un buen día para recordar en nuestras vidas?
Somos criticados por faltar a clase y decidir hacerlo por diversión, una diversión que bastante gente consigue bebiendo algo de alcohol. Y digo yo... ¿qué importará de qué manera nos divirtamos, siempre y cuando lo hagamos con control y con respecto por el entorno? Un niño pequeño se divierte con un sonajero, ¿por ello ha de ser criticado pudiendo divertirse con cosas que, en teoría, deberían ser mejores que entretengan más u otras cosas que le hagan aprovechar mejor el tiempo? Lo importante es que las personas obtengan diversión como ellas mismas prefieran, no de la formas más o menos intelectual o madura que la obtengan, siempre y cuando no se realice graves daños a nadie física o psicológicamente.
Además, los profesores cuentan con más horas libres que yo creo que agradecerían por mucho que disfruten de su trabajo. Por todas estas razones creo que este día no debería ser lectivo, sería como legalizar algo que todo el mundo hace, que no hace daño a nadie y que todo el mundo sabe y se permite que se haga.

Hoy en día tenemos este día de la tortilla una vez al año. Todas las personas que van a pasárselo bien por ahí faltando a clase han ganado una buena experiencia la mayoría y estoy seguro que prácticamente todos siguen creyendo que merece la pena haber faltado a clase. No se me ocurre ni una sola razón para decir que lo que se hace durante este día está mal, porque si estuviera mal que todos ganásemos un buen recuerdo pasándolo bien, no merecería la pena estar en este mundo y hacer todas las cosas "bien".